TESTIMONIO

MUJER (PROFESORA)

Ser luz y ser sal…He orado muchas veces con este texto e intento vivirlo en la realidad cambiante de la vida. Me siento llamada a ser y a vivir como laico, de formas distintas y complementarias: unas veces siendo luz y otras siendo sal y para discernir cuándo ser una u otra cosa, he necesitado formarme. Quería y quiero conocer al Dios de Jesús cada vez más, para amarlo y testimoniarlo, en las circunstancias concretas que se me van presentando.

Deseo dar respuesta en el mundo del trabajo, quiero hablar sobre la familia, la política, con un lenguaje adecuado. Y para eso, busco, leo, rezo…para que Él sea Señor del mundo. Cada vez he ido necesitando más formación, sobre todo, desde que me pidieron catequizar adultos. Al final me he decidido a estudiar teología a distancia. He descubierto miles de detalles y me parece apasionante lo que reflexiono. Al mismo tiempo, me cuestiono serenamente mi coherencia, con una finura cada vez más exigente, pero sobre todo me doy cuenta de que el fruto de mi apostolado está en manos de Dios.